Receta
1.
Calienta el aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio. Añade la cebolla picada y cocínala hasta que esté blanda y transparente (unos 5 minutos). Echar el ajo y los champiñones laminados y cocínalo* hasta que los champiñones se ablanden y todo el líquido se haya evaporado (8-10 minutos). Salpimienta.
2.
Deja los champiñones en la sartén y añade las espinacas. Cocina hasta que las espinacas estén blandas (2-3 minutos). Retira la sartén del fuego y deja que se enfríe un poco.
3.
Pon el horno a precalentar a 200 °C. Extiende la primera lámina de hojaldre y pásala a un molde de pastel de 25 cm, dejando que sobresalga un poco de masa por el borde.
4.
Reparte la mezcla de espinaca y champiñones de manera uniforme sobre la masa dejando un borde de 5 cm. Espolvorea el cheddar y el parmesano rallados por encima.
5.
Extiende la segunda lámina de hojaldre y utiliza un cortador de pizza para hacer diez tiras de 2-3 cm de ancho. Cubre la superficie con las tiras, pasando una por encima de otra para crear el mítico efecto entrelazado. 5. Corta la masa sobrante y presiona los bordes ligeramente para sellarlos bien y darles una forma ondulada. Pinta la parte superior y los lados visibles con huevo batido para que quede se dore bien.
6.
Cocina en el horno precalentado durante 25-30 minutos o hasta que el hojaldre esté dorado y crujiente. Saca la crostata del horno y deja que se enfríe ligeramente antes de cortarla. Aderézala con unas hojas de tomillo fresco si te gusta. Sírvela caliente.
Ingredientes
Para 4 raciones
150 g
de champiñones frescos o en lata laminados
2
láminas de masa de hojaldre
200 g
de espinacas frescas
1
cebolla mediana bien picada
2
dientes de ajo picados
100 g
de queso cheddar rallado
50 g
de queso parmesano rallado
1
huevo batido
2 cucharadas
de aceite de olia
Sal y pimienta al gusto
Tomillo fresco (opcional)
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